La Cámara de Diputados de México ha tumbado en la noche de este domingo la reforma constitucional en materia eléctrica presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para limitar la participación privada en el sector.
Era una de las mayores apuestas del mandatario y su rechazo supone la primera gran derrota parlamentaria del Gobierno en tres años y medio. Como se preveía, Morena, la formación del presidente, no ha conseguido los apoyos suficientes para lograr la mayoría calificada de dos tercios de los escaños, ante la negativa de una oposición unida. Se han registrado 223 en contra y 275 votos a favor, frente a los 334 necesarios.
El debate, que se ha prolongado durante casi de 13 horas, ha estado cargado de descalificaciones y de acusaciones cruzadas de “traición a México”.
La derrota de la iniciativa presidencial estaba prácticamente anunciada desde hacía días, pese a la presión ejercida por el Gobierno sobre la oposición. Durante el debate, la minoría se ha mantenido firme en su rechazo por considerar que la reforma encarecería la electricidad y provocaría mayor contaminación. Conscientes de que los números no les favorecían, Morena y sus aliados han aprovechado el debate para presentar la votación como una batalla por la “soberanía” del país, supuestamente amenazada por empresas extranjeras, en una serie de discursos sazonados de proclamas nacionalistas.
Señal de la importancia de la votación, la discusión ha arrancado sobre el mediodía con un lleno casi completo, 498 presentes de un total de 500 legisladores.
Morena tenía ante sí el desafío de sacar adelante la propuesta estrella de López Obrador para la segunda mitad del sexenio. La iniciativa del presidente buscaba frenar la liberalización de la generación eléctrica, iniciada a principios de los años 90, y “rescatar” a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa paraestatal que en los últimos años ha perdido terreno ante los menores costos de producción de las centrales privadas. Para ello, las modificaciones contemplaban cancelar todos los contratos de privados y reservar a la CFE por lo menos el 54% de la generación, frente al 38% que tiene actualmente. Además, la iniciativa proponía que el litio, un mineral utilizado en la fabricación de baterías eléctricas, fuera explotado exclusivamente por el Estado.
En el arranque del debate, el diputado morenista Juan Ramiro Robledo ha cargado contra Iberdrola, uno de los blancos favoritos del Gobierno, y ha pedido leer en voz alta los detalles de dos de sus facturas para denunciar supuestos abusos en los llamados esquemas de autoabastecimiento, entre centrales privadas y empresas. Más tarde, el coordinador de la bancada mayoritaria, Ignacio Mier, ha tomado la palabra rodeado de diputados que gritaban “¡quieren robar!”. Mier ha dicho que la votación era “seguramente la más importante de la legislatura” y que Morena había integrado 10 de los 12 puntos presentados por la oposición en una rueda de prensa. Parecía una mano tendida a la minoría pero, poco después, la ha atacado duramente. “¡Sus jefes son Enel, Iberdrola…!”, les ha espetado, y ha puesto una grabación del famoso discurso del expresidente Adolfo López Mateos para nacionalizar la industria eléctrica en 1960.