Con información del diario Ventanas, e investigación del periodista Edgar Cazares Martínez

 

Aquella mañana de miércoles 26 de
noviembre Adrián Hernández se encontraba
como casi diario surcando con su pequeña
lancha la laguna de Cuyutlán, a un par de
kilómetros de la desembocadura del canal
de Tepalcates, cuando poco después de las
10:00 horas se vio sorprendido por una densa
columna de humo y un aparente estallido. Al
levantar la mirada Adrián, de oficio pescador,
se percató de que ello se debió a algo del que
no podía dar crédito cuando los recuerdos del
sismo de 1995 aún estaban frescos en su memoria:
el puente de Tepalcates II había caído.
Quince años se cumplen hoy del sorpresivo
desplome del Puente Tepalcates II,
estructura vital de la Autopista Colima-Manzanillo,
hecho que derivó aquella mañana de
miércoles del 2003 en 3 heridos, 2 de ellos de
gravedad, cuantiosas pérdidas materiales así
como un severo conflicto al haber colapsado
un importante tramo de esta vialidad.
El accidente se suscitó poco después
de las 10:15 horas de aquella fatídica jornada
cuando 2 vehículos transitaban sobre
ese trayecto de la citada carretera de peaje,
Tramo Armería-Manzanillo, en el municipio porteño. Uno de éstos era una pipa que trasportaba
combustible así como una camioneta
particular en la que viajaban un adulto y un
menor –padre e hijoEn
ese instante un tramo –de los 4 que
integran el puente- de 20 metros se desprendió
súbitamente provocando que la cabina de la
pipa y el automotor particular se derrumbaran
al vacío, cayendo casi desde una altura de 35
metros hacia el lecho del vaso II de la Laguna
de Cuyutlán, en aquel entonces destinada
únicamente a labores de pesca.
Posteriormente, de acuerdo a crónicas
de la época, se generó en ese punto y
alrededores un notorio despliegue en el que
participaron elementos de seguridad así como
diferentes corporaciones de rescate quienes
dieron cuenta de la gravedad del tema pues
además de los lesionados la ciudad había
quedado parcialmente incomunicada.
Entre los heridos se encontraba Martín
López González, de 39 años de edad, quien
era el chofer de la pipa así como los ocupantes
de la camioneta, José Guadalupe León Orozco, de 38 años de edad, y Adiel León Jiménez, de apenas 1 año
de edad, resultando los 2 adultos con golpes severos graves por lo
que ambos fueron trasladados de emergencia a un nosocomio local
donde se les internó en el área de terapia intensiva.
José Guadalupe León Orozco sobrevivió al percance aunque
con graves secuelas pues nunca pudo volver a caminar; era oriundo
y habitantes de Campos y regresaba a esta comunidad luego
de haber realizado diferentes actividades en la zona urbana de la
ciudad junto con su menor hijo.
León Orozco falleció en el 2014, batallando siempre con
las lesiones que le produjo aquel terrible percance aunque en vida
siempre contó que una de las reacciones que tuvo al percatarse de

la gravedad de la situación fue cobijar a su vástago entre sus brazos,
lo que valió que el pequeño saliera de aquello con lesiones menores
y que no le acarrearon consecuencias futuras.
En su caso la concesionaria de la autopista así como autoridades
federales, contó en su momento el propio afectado, resarcieron
económicamente las afectaciones sufridas aunque él nunca pudo
recuperar la movilidad por completo, viéndose postrado de por vida
a una silla de ruedas.
Del conductor de la pipa sólo se supo que fue dado de alto,
retornando a su lugar de origen.
Entre otros efectos de la caída de aquella estructura ubicada
sobre el kilómetro 81 de la carretera en mención también se contó
la pérdida de 35 mil litros de diesel sobre la laguna, parte de la
carga de la pipa siniestrada.
Y peor aún el cierre de ese camino por casi medio año, tiempo
que tardó la operadora en reponer el viaducto colapsado.