Por Vladimir Parra Barragán

“Hace falta romper totalmente con el modelo neoliberal y quebrar el círculo infernal de la deuda” Eric Toussaint en La bolsa o la vida

Fiel a los usos de los gobiernos neoliberales, apegado a las enseñanzas de sus maestros Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, el gobernador Nacho Peralta quiere empeñar el futuro y la viabilidad de Colima a partir del engaño y de una campaña mediática repleta de falsedades. Y quiere hacerlo no para darle suficiencia económica a su gobierno (que además la ha tenido, aunque repita una y mil veces que no) sino para poner dinero público en las elecciones del próximo año, para buscarse de una y mil formas un tránsito seguro hacia la impunidad, para seguir manoseando el dinero de los colimenses como si fuera suyo a costa de la soberanía financiera de nuestro Estado.

Esta semana, con el argumento de que Colima entraría a “la peor crisis financiera de los últimos 100 años”, Nacho Peralta ha repetido en sus reuniones con varios círculos sociales que la crisis que enfrenta el gobierno a su cargo se debe a que el Gobierno de la Cuarta Transformación “dejó de enviar al Gobierno de Colima más de 3 mil millones de pesos”.

Anunció, primero con algunos periodistas y dueños de medios de comunicación que enviaría al Congreso del Estado una propuesta de endeudamiento por 722 millones de pesos. Luego, hizo lo propio con empresarios, con integrantes del sector educativo y con otras organizaciones sociales. Lo que ha olvidado Nacho Peralta es preguntarle al Pueblo si de verdad quiere una mayor deuda, si de verdad les gustaría comprometer los recursos de Colima con esa herencia maldita.

Pero Nacho Peralta y su equipo de Finanzas mienten; usan verdades a medias; alteran cifras en los reportes que difunden y omiten los indicadores que echarían para abajo la sucia e ineficaz campaña mediática que han emprendido para “socializar” la falsa necesidad de que Colima tiene que endeudarse de nuevo. 

Quienes representamos a la 4T no podemos darnos el lujo de cometer una traición a la voluntad y al designio del pueblo. En julio de 2018, los colimenses votaron en contra del gobernador y el viejo régimen sufrió el rechazo popular. Tuvieron esa derrota porque engañaron, porque mintieron y porque traicionaron las voluntades de las mayorías. Si queremos hacer historia de verdad, este es el momento justo para confirmar nuestro papel. En Morena y en el PT no queremos más deuda y no la aprobaremos. Quien se conduzca de otra forma será recordado en el basurero de la historia por las mayorías que confiaron en nosotros. 

NOSOTROS TENEMOS OTROS DATOS

En un documento que el Gobierno del Estado entregó a los representantes de los círculos empresariales, educativos y otros sectores sociales, durante sus reuniones virtuales, presentó un balance de la situación financiera actual donde les dijo a los empresarios que recibió una administración repleta de deudas y que él, como el mago que presume ser de las finanzas, ha podido reducir esa deuda “a largo plazo”; que ha conseguido mejores tasas de interés con los bancos; que ha disminuido también los pasivos no bancarios: retenciones, transferencias y otros compromisos institucionales del Poder Ejecutivo. No obstante, como dice el presidente: nosotros tenemos otros datos. 

Si realizamos un análisis a las Cuentas Públicas de los últimos 3 años no es cierto que el Gobierno de Colima haya dejado de recibir menos recursos por parte de la Federación y tampoco es cierto que la deuda con bancos haya disminuido. En un boletín de prensa, la Secretaría de Planeación y Finanzas aseguró que la deuda directa contratada por el gobierno del estado disminuyó en un total de 132 millones de pesos. Y es cierto, los créditos que tenía el gobierno estatal en el 2015 eran por 2 mil 805 millones de pesos y a finales de 2019 son de 2 mil 673 millones de pesos. Hasta aquí todo bien, sin embargo, el titular de esa dependencia omitió informar que las deudas a corto plazo pasaron de 0 a principios de 2016 a 1 mil 3 millones de pesos, a finales de 2019. Por eso es nuestro papel como servidores públicos, socializar a todos los colimenses lo que oculta este gobierno. 

En eso estamos, desmontando el cúmulo de mentiras y medias verdades del viejo régimen. Y a esas mentiras habría que sumarle otras más del gobierno del estado. En 2016, el Poder Ejecutivo Estatal planteó que tendría ingresos cercanos a los 13 mil 340 millones de pesos; sin embargo, ese año pudo ejercer 16 mil 140 millones de pesos. Una diferencia de 2 mil 800 millones de pesos que bien haría Nacho Peralta explicarnos en qué se gastaron.

En 2017, la historia es la misma. El Presupuesto Estatal proyectó ingresos por 15 mil 510 millones, pero tuvieron disponibles 16 mil 520 millones. El saldo a favor es de mil 10 millones de pesos. ¿En qué se gastaron? ¿Cómo se aplicaron? ¿A dónde fueron a parar?

En 2018, por cierto año electoral y el último del sexenio de Enrique Peña Nieto, el Gobierno de Nacho Peralta proyectó ingresos por 16 mil 730 millones de pesos. Misteriosamente, los ingresos del Estado de Colima se incrementaron de manera considerable pues llegaron a 19 mil 40 millones de pesos. La diferencia es de 2 mil 310 millones de pesos. ¿Dónde están? ¿Se invirtieron en obra pública? ¿A dónde fueron a parar?  

La respuesta la conocemos todos: A pesar de toda la deuda contraída por el gobierno local, no hubo más obra pública ese año, ni mejoraron las condiciones de vida de los colimenses, ni la seguridad bajó como tanto pregonó Ignacio Peralta en su campaña.

Hoy, en cambio, los colimenses no vivimos ni felices ni seguros señor Gobernador, y sí en cambio, muy endeudados.