Mtro. José Eduardo Hernández Nava

Rector de la Universidad de Colima

 

“La juventud ya no pide. Exige se le reconozca el derecho a pensar por su propia cuenta. Exige también que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa”. (Deodoro Roca en su Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de Córdoba Argentina)

 

En noviembre pasado, desde el Congreso del Estado planteamos una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de Colima, pensando en el beneficio de la comunidad universitaria, a partir de la valoración de los problemas que se han vivido al interior. Se puede estar o no de acuerdo con dicha iniciativa, somos demócratas y recibimos con agrado la diferencia de opiniones y la discusión de planteamientos. Sin embargo, no se puede parcializar el debate en un espacio donde se presume la universalidad de ideas.

 

Me preocupa que el discurso de la defensa de la autonomía universitaria sea utilizado en contra de las voces que quieren abrir un diálogo, buscando transformar nuestra universidad en una mejor institución y que, al mismo tiempo, esa defensa de la autonomía se deje de lado para permitir la injerencia de personajes como Fernando Moreno Peña, actual coordinador regional del PRI, y que peor aún, se le brinden todas las facilidades para que emita un mensaje de división, de clasismo y de falsedades.

Lamentamos que la Universidad de Colima permita expresiones discriminatorias y de clasismo por parte de un coordinador regional del PRI, que, utilizando descalificaciones en contra de quienes él considera una amenaza para sus intereses, cae en el error de mofarse de todas las personas que no pueden obtener un título universitario por múltiples razones, siendo que él mismo consiguió el suyo como regalo y no por el fruto del esfuerzo como estudiante.

En mi caso, tuve que interrumpir mis estudios universitarios en tres ocasiones: la primera a raíz del fallecimiento de mi padre; la segunda por el nacimiento de mi hijo y la tercera, cuando tuve la dichosa responsabilidad de colaborar en la coordinación de la defensa del voto durante la campaña de 2012 de nuestro ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, así como los procesos de la construcción de Morena que iniciaron ese mismo año. No me arrepiento de ello, por el contrario, puedo decir que me siento orgulloso. Somos honestos, transparentes, y no tenemos nada que ocultar.

Existen otros casos, en los que estudiantes deben interrumpir sus estudios por encontrarse en una situación económica familiar difícil, o que incluso, terminando su carrera, no tienen los recursos para pagar su título. Por ello, también buscamos la gratuidad en la Universidad de Colima con la propuesta de reforma a la Ley Orgánica. En lugar de descalificar o menospreciar a las y los estudiantes, se les debe apoyar, como lo hace el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con más becas y el impulso de nuevas universidades.

Ante quienes calumnian e insultan, nosotros respondemos con el llamado al diálogo; ante el autoritarismo y la cerrazón, nosotros llamamos al diálogo; ante las acciones desesperadas de quienes temen perder sus privilegios en esta nueva etapa de cambios en el país y en el estado, nosotros respondemos con el llamado al diálogo.

Por eso es importante la apertura a la expresión y discusión de las ideas surgidas de docentes, investigadoras(es), trabajadoras(es), estudiantes y la sociedad en general, para plantear todas las mejoras posibles que la Universidad de colima necesita.

Le convoco nuevamente de manera respetuosa a que juntos construyamos los puentes que nos permitan dialogar y discutir en torno al tema de una reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de Colima, institución que es de todas y todos los colimenses. Evolucionemos para ofrecer mejores horizontes a toda la comunidad universitaria, brindemos a las presentes y futuras generaciones una institución en donde impere una verdadera libertad de cátedra, de pensamiento crítico y de la discusión de las ideas.